El Ayuntamiento de
Salamanca ha informado que durante la 'Nochevieja Universitaria' se
llevaron a cabo más de 100 llamadas a la policía, añadiendo que
fueron “la mayor parte por ruidos e intoxicaciones etílicas”.
¿Por qué no se ha difundido el número exacto en cada caso? Siendo
imparciales, es posible plantear que al menos 50 de estas llamadas
estaban en relación con ruidos en hogares. Sean melopeas o alborotos
se trata de una cifra que multiplica con creces la de cualquier otro
jueves, por tanto, no es lícito que se manejen términos como los de
“normalidad” para referirse a este 'jueves gris' para muchos
salmantinos.
Advertido esto ahora
resulta imprescindible exigir responsabilidades y seguir agrupando a
todos los afectados. No solo a esos hipotéticos 50 vecinos que
denunciaron el jueves. La experiencia advierte que las “batallas”
en solitario en raras ocasiones conducen a transformaciones
importantes.
Hoy os queremos presentar una aplicación gratuita para el teléfono móvil que permite determinar de manera orientativa el nivel de ruido de nuestro entorno. Ideal para aquellos casos en los que existen dudas sobre la intensidad de ruido y acciones posteriores.
En una noticia de prensa aparecida hace unas semanas (1) se menciona indirectamente un problema que afecta al tema de los ruidos en las viviendas: la demora en las notificaciones, principalmente cuando se trata de pisos de alquiler y final de curso, hecho que implica que en muchos casos los responsables se vayan de rositas (empleando un lenguaje coloquial).
Hemos podido comprobar que las precitadas notificaciones suelen tardar más de un mes en comunicarse. Acelerar los plazos en estos casos, como modo de apercibir a los autores materiales. Sin perder de vista que este tipo de acciones tienen que ir de la mano de otras de concienciación.
Ideas, en definitiva, para mitigar los ruidos en Salamanca.
---------------------
(1) "El Boletín Oficial del Estado hace públicas este viernes nuevas sanciones que no han podido ser notificadas a los respectivos infractores". http://www.salamanca24horas.com/texto-diario/mostrar/957463/salta-contenedor-contenedor-gran-via-cuesta-150-euros
Los recortes de los últimos años han afectado a todos los órdenes de la vida. Sanidad, educación, cultura, etcétera. Recortes que, en sentido literal, han supuesto también la eliminación de cientos de árboles en la ciudad de Salamanca como han venido denunciado diferentes colectivos.
Por la parte que nos corresponde, si el arbolado no hubiese sido suprimido, la reducción de ruidos y, por tanto, la calidad de vida, sería ahora superior. No es una opinión, es una evidencia científica. Las ventajas de los árboles son múltiples y no solo combaten la contaminación acústica. En realidad, son tantas los beneficios, que sobran los argumentos.
Desde 'Salamanca sin ruidos' apostamos por recuperar todo el arbolado perdido y su incorporación en zonas que no estaba presente.
A nosotros nos salen las cuentas: + árboles – ruidos = mayor calidad de vida de los salmantinos.
En la ciudad de Salamanca se busca "aspirador" con cuatro patas y aspecto cuadriculado por los ruidos que genera durante las horas que está en funcionamiento, por resultar poco funcional, por el gasto que supone a las arcas públicas... porque hay alternativas mejores y menos molestas para todos los ciudadanos.
Desde la Plataforma Ciudadana Salamanca sin Ruidos denunciamos que la instalación de la Feria de Día en la ciudad arrastra desde hace años serios problemas generados por los ruidos que ocasionan, siendo los vecinos los principales perjudicados.
Doce días consecutivos de casetas -del 6 de septiembre al 17 de septiembre- con doce horas y media ininterrumpidas de apertura y siete horas de música a diario, como mínimo, no garantizan el descanso y la convivencia. Para los afectados, el problema también se extiende a las calles aledañas en las que se montan las casetas, la única solución es abandonar durante estas semanas sus viviendas por la imposibilidad de conciliar el descanso como así nos han trasladado numerosos vecinos.
Desde la Plataforma advertimos que el problema no solo surge por el amplio horario de apertura de estos establecimientos improvisados, puesto que a esto se suma una enorme presión acústica que se ejerce sobre el centro a lo largo de todo el año (terrazas, actuaciones, tráfico, algarabía, etcétera). Situación insostenible y que va a suponer el traslado de la población de manera paulatina con todo lo que esto implica. Migración que de hecho ya se está produciendo.
Ante este estado de cosas, desde la Plataforma reclamamos que en las próximas ferias las casetas sean ubicadas lejos de viviendas, centros educativos y laborales evitando así trastornos innecesarios a los afectados.
Las administraciones públicas están obligadas a garantizar el descanso vecinal.
-----------------------------------------
Plataforma ciudadana Salamanca sin ruidos 634525691 salamancasinruidos@gmail.com salamancasinruidos.blogspot.com
Iniciado el nuevo curso hemos empezado una campaña de buzoneo con octavillas por diferentes barrios de la ciudad para informar sobre el problema de los ruidos y de la existencia de la plataforma.
Si quieres colaborar, escríbenos y te mandaremos -gratuitamente- octavillas para difundir entre los vecinos de tu comunidad y entorno.
A lo largo de estas dos últimas semanas 'Salamanca sin ruidos' ha aparecido en todos los medios de comunicación locales, también hemos sido entrevistados en la radio y en varios periódicos, numerosos afectados se han puesto en contacto con nosotros, etc. En resumen podemos afirmar que la agrupación ha sido bien recibida en la ciudad y que la respuesta por parte de los salmantinos ya empieza a notarse. Y teniendo en cuenta que nos encontramos en el estío, esto no hace más que reforzar nuestras ganas de seguir trabajando.
A continuación indicamos todas las noticias que han aparecido en los medios de comunicación:
Nace "Salamanca sin ruidos" para denunciar la contaminación acústica en la ciudad. 6-VII-2017. La Gaceta.
La actividad realizada, con el comunicado y presentación del primer vídeo como ejes de la campaña, se enmarca dentro de la primera fase del colectivo: divulgar 'Salamanca sin ruidos' y empezar a concienciar a la ciudadanía.
'Salamanca sin ruidos' es un colectivo que surge como consecuencia de las inquietudes de un grupo de vecinos de la capital sensibilizados por los ruidos y por su impacto negativo sobre nuestra salud.
Desde 'Salamanca sin ruidos' pretendemos dar visibilidad a un importante problema como es el de la contaminación acústica en la ciudad. Más de 2.500 infracciones por ruidos en el año 2016 en Salamanca, una cifra a todas luces insostenible y que nos pone a la cabeza de Castilla y León, vendría a resumir una de las causas por las que emerge este colectivo ciudadano, pero no la única.
El ruido, que se manifiesta de numerosas formas, nos rodea constantemente y es foco de toda clase de perjuicios. Según el ranking elaborado por la Organización Mundial de la Salud, el segundo país más ruidoso del mundo es España. La escritora Elvira Lindo afirmaba en un interesante artículo «Tengo la sensación de que en España la contaminación acústica no le importa a casi nadie». Transformar esta realidad, iniciando el cambio a nivel local, es ya una prioridad urgente; máxime cuando un importante número de afectados son personas mayores, población altamente vulnerable, y familias como así hemos constatado en estos primeros meses de trabajo.
Aspiramos a involucrar y coordinar a los afectados, servir de interlocutores entre estos y las instituciones implicadas, así como sensibilizar al resto de nuestros convecinos. En definitiva, dar voz propia a los silenciados. Para ello ya se han abierto diferentes canales de comunicación en la red, también se han instalado mesas y reparto de información en diferentes puntos. Asambleas, conferencias y campañas de sensibilización son otras de las propuestas en ciernes, incluido un gabinete de asesoramiento jurídico.
Queremos descansar sin que nos establezcan horarios desde el exterior, queremos que el disfrute de unos no suponga el tormento de otros, queremos que no nos expulsen de nuestros hogares. En resumen, anhelamos una ciudad libre sin ruidos. Por eso nuestro logotipo, un par de tapones para los oídos, viene a resumir el estado actual que soportamos miles de salmantinos.
Conscientes de que todavía nos queda un largo camino por recorrer, ya es hora de afrontar un problema que, en lugar de subsanarse, ha ido aumentando exponencialmente año tras año.
Hoy 1 de julio seguimos informando en la calle Toro sobre el problema de la contaminación acústica y la existencia de la plataforma.
En esta ocasión las principales quejas corresponden al malestar ocasionado por las terrazas hasta altas horas de la madrugada, el uso incesante de la Plaza Mayor para toda clase de eventos, la entrada de cargas en horas intempestivas por parte de una importante cadena de supermercados de la misma calle y las constantes obras en el pavimento de la zona entre otras tantas reivindicaciones. Asimismo varios vecinos nos han trasladado la idea de la paulatina expulsión de la ciudadanía del centro de la urbe ante estas perspectivas nada halagüeñas.
El 20 de junio de 2017 nos hemos vuelto a encontrar con la ciudadanía salmantina. En esta ocasión se ha seleccionado el paseo de Canalejas.
Cada jornada iremos informando de las quejas y sugerencias que nos han transmitido los vecinos. En esta segunda actividad las más numerosas conciernen a los ruidos generados por los bares y por los estudiantes, así como por el tráfico rodado en el propio paseo.
En las próximas semanas nos desplazaremos a otras zonas neurálgicas de la ciudad.
El miércoles 24 de mayo la Plataforma instaló su primera mesa informativa en la Plaza del Liceo. Durante un par de horas pudimos compartir con el resto de vecinos el malestar en torno a un problema que afecta a miles de personas y que se manifiesta de formas muy distintas.
Os informamos que durante los próximos meses nuevas meses informativas se repartirán por toda la ciudad.
Unos simples tapones de espuma definen con precisión el problema al que nos enfrentamos a diario miles de salmantinos. Rui-dos.
El motivo de elección de este sencillo y pequeño objeto responde a diferentes causas. En numerosas ocasiones los tapones son los únicos elementos que permiten disminuir los ruidos. Solucionando así los menos severos, aunque de nada sirven ante los más estridentes. Sin obviar tampoco su carácter perjudicial para nuestros oídos. Especialmente esto último puesto que, con el tiempo, acaban generando serios trastornos. Además sin haberlo demandado el interesado tiene que asumir su “coste”, tanto de la compra como de los problemas surgidos por su uso diario. Tapones que, en definitiva, son solo parches para ocultar un problema aún sin resolver.
Unos tapones que vienen a resumir, de una manera original y con un toque de ironía, las causas por las que ha emergido la plataforma “Salamanca sin ruidos” en la ciudad.
150
€, ni uno más ni uno menos, ha sido la multa impuesta a una vecina
de Salamanca por «ruidos de golpes y ruido de cama» como así han
recogido múltiples medios tanto locales como nacionales. Esta
noticia que, de manera individualizada no dejaría de ser anecdótica,
ha de ser puesta en relación con otra aparecida a primeros de este
mes, también en Salamanca si bien con menor repercusión mediática,
que advierte que el ruido es, después de los percances sanitarios,
el principal responsable de las incidencias al 112 con un total de
1.893 intervenciones durante el año 2016. Dato que ya en 2005 se
repetía de manera similar viniendo a alertar de que un
importante engranaje no marcha nada bien en nuestra sociedad
haciendo chirriar las bisagras de la convivencia. A su vez hay que
sumar otra noticia de esta misma semana que informaba sobre 610
denuncias efectuadas por la Policía Local en materia de ruidos, es
decir, esto sumás de 2.500 denuncias solo en 2016. Y si la media
de hogar en Salamanca es de 2,21 personas según la estadística de
marzo de 2016, el problema del ruido afectó de manera directa como
mínimo a 5.531 ciudadanos en sus casas. Cifra nada desdeñable y que
se dispararía si todos los afectados llamaran, rompiendo así las
estadísticas oficiales. Sin pretender inflar los resultados, es
posible que los ruidos en los hogares afecten a entre 10.000 y 15.000
salmantinos. El número de perjudicados y las cifras que se repiten
año tras año advierten de la gravedad del conflicto, siendo
oportuno traer a colación las palabras de la escritora Elvira Lindo,
«siempre tengo la sensación de que en España la contaminación
acústica no le importa a casi nadie, o que nadie considera que la
tranquilidad sea un derecho».
Las conclusiones que se
pueden extraer con todos estos datos son varias, pudiendo destacar
que se está vulnerando constantemente el derecho de los salmantinos
a descansar, siendo miles los afectados; que se ha generalizado y
normalizado una situación insoportable; que existe una constatada
indiferencia por parte de la clase política y de la ciudadanía por
no corregir estas cifras que se repiten año tras año y que el
centro de la ciudad va a ser inhabitable a este ritmo.
Las alternativas, además
de la necesaria voluntad política por enmendar esta situación,
empiezan por la concienciación y por la cooperación entre los
afectados -superando el característico «¿qué hay de lo mío?»-,
para a continuación sentarse en una mesa con el resto de agentes
implicados en la búsqueda de soluciones a un problema que se ha ido
por completo de las manos y que hace tanto ruido, que no permite
ninguna clase de diálogo.
Hace unos días conocí a una alumna de los cursos de español para extranjeros, que lleva una corta temporada en nuestra ciudad. Es una mujer de nacionalidad rusa, que por su profesión y su amor a los viajes tiene un gran conocimiento de los cinco continentes, naciones y ciudades americanas, africanas, europeas, asiáticas. Estas dos características, su experiencia viajera y su madurez personal, le hacen ser objetiva en sus apreciaciones y a nosotros valorar sus juicios.
Pues bien, el otro día la conversación giró sobre qué le parecía Salamanca, la ciudad, su población sus costumbres….Nos llamó la atención no su entusiasta valoración de la rica arquitectura e historia de nuestra ciudad ( que en ese punto coincidimos todos), sino dos aspectos de la vida actual que describió con seguridad y detalle: el primero se refería al NIVEL DE RUIDO de esta pequeña ciudad; un ruido continuo excesivo que no se corresponde ni con sus dimensiones, ni con el carácter de ciudad turística y universitaria. Nos contaba que desde la mañana a la noche, desde las muy primeras horas de la mañana, hasta bien entrada la noche se escuchan RUIDOS DE TODA ÍNDOLE Y EN TODA LA CIUDAD; camiones y artilugios de limpieza en las calles, la lavadora del vecino que empieza sus convulsiones a las seis de la mañana, los niños que gritan camino del colegio como si estuvieran en peligro, motos con el tubo de escape rugiendo, portazos de entrar y salir como si se quisieran romper las puertas, conversaciones a gritos como si los habitantes tuvieran un enfado crónico…
El segundo punto que la alumna rusa nos describió fue una sensación muy clara de que la ciudad pasa por un nivel económico muy inferior (en el conjunto de la población) al que aparenta poseer. El ciudadano medio afina hasta el último euro si puede o no gastarlo, sea en necesidades importantes como si puede abrir o no un radiador, sea en temas superfluos sobre si se puede permitir tomar un vino o una tapa. La escasez está muy presente. Pero ¿cómo se oculta? A través, sobre todo, del coche. La ciudad está llena de ellos, la mayoría va en coche a todos los sitios, incluso a distancias cortas; es como si el salmantino medio hubiera llegado a la conclusión de que poseer o no coche es la frontera que separa la pobreza de la no pobreza.
Ese era el punto de vista de esta mujer extranjera, que a todos los que compartíamos la charla nos llamó mucho la atención, no porque fuera peculiar sino ¡porque coincidía con nuestra propia percepción de la ciudad, de un modo sorprendente!
La mirada sobre lo nuestro, nuestra ciudad, nuestra familia, nuestros logros, es siempre muy subjetiva; pero si se contrasta con otra, ajena a intereses y emociones, y ambas coinciden, entonces podemos decir que nos estamos a cercando a la objetividad.